7 secretos sobre el cultivo de yerba mate
Es un hecho que el cultivo de yerba mate está en franco crecimiento. Según las cifras oficiales publicadas por el Instituto Nacional de la Yerba Mate, en 2019, fueron cosechados 837.256.020 kg de hoja verde. De este total, 277.332.014 kilos han sido comercializados en el mercado nacional y 39.834.063 kilos han sido exportados.
De esta manera, el resultado representa una marca histórica para nuestro país, principalmente por el aumento de la participación argentina en el mercado mundial de yerba mate. Incluso, se estima que la producción nacional sea responsable por 60% de la cuota del global. Pero ¿esto qué significa?
De acuerdo con el INYM, en Argentina, la producción yerbatera ocupa 165 mil hectáreas de una región exclusiva para el desarrollo de esta actividad agrícola comprendiendo un 87% de la Provincia de Misiones y la zona noroeste de la Provincia de Corrientes —13% del territorio, aproximadamente.
De hecho, los suelos rojos presentes en estos locales son ideales para la producción yerbatera, ya que poseen abundante contenido de hierro y el clima local es subtropical sin estación seca. ¿Quieres saber más detalles sobre el cultivo de yerba mate en territorio argentino?
¡Acompáñanos hasta el final del artículo! Aquí encontrarás abundante y valiosa información acerca de la producción yerbatera y conocerás las mejores prácticas para obtener buenos resultados.
Panorama general del cultivo de yerba mate en Argentina
El mate es una de las bebidas más famosas de Latinoamérica no solo por la connotación cordial, como también por el hecho de poseer una elevada carga de antioxidantes.
Es decir, más allá de ser una bebida que fomenta las reuniones en grupo, es extremadamente saludable. Sin embargo, para garantizar sus características y funciones, es imprescindible que el productor cuide los diferentes aspectos que inciden en la calidad de la yerba mate.
La Ilex Paraguariensis, conocida comúnmente como yerba mate, es una especie típica de las cuencas del Alto Paraná, del Alto Uruguay y de los afluentes del río Paraguay. En su estado silvestre, puede llegar a una altura de 15 metros de altura, sin embargo, en las plantaciones, crece como un pequeño arbusto con tronco ramificado de 11 centímetros de largo, aproximadamente.
De hecho, la yerba mate es una planta exigente en cuanto a las condiciones edafoclimáticas. Esto quiere decir que, para la siembra y su adecuado desarrollo, es necesario asegurarse de que el sitio de cultivo cuenta con los requerimientos básicos.
En lo que se refiere a la temperatura, la especie prefiere ambientes tropicales o subtropicales cuya temperatura promedio sea de 20°C. Asimismo, el cultivo demanda un elevado grado de humedad con abundantes precipitaciones, en especial, en el período de floración. Otro aspecto interesante de este cultivo es que soporta muy bien la sombra y las heladas.
En cuanto al suelo, la planta se desarrolla y crece más en suelos del tipo arenoso-arcilloso con textura entre fina y media, ligeramente ácidos y con alto contenido de ácido fosfórico, hierro y potasio. Además, es esencial que posea una buena capacidad de drenaje.
Más allá de la importancia de los aspectos señalados anteriormente, el cultivo de yerba mate involucra la adopción de prácticas que optimicen tanto el rendimiento como la calidad del producto final. A continuación, conoce importantes secretos a respecto de este cultivo.
1. Selecciona las semillas
El crecimiento de la yerba mate ocurre en almácigos creados con semillas frescas de los frutos de la planta preparadas con antecedencia sumergiéndolas en agua por algunas horas. En esta etapa, se puede eliminar las semillas que flotan, conocidas como vanas y excluir de la selección al hollejo, a los palitos y otros elementos.
Para conservarlas, puedes usar fungicidas con el objetivo de prevenir ataques de hongos y guardarlas en bolsas plásticas debidamente higienizadas e identificadas y posteriormente, colocadas en la heladera para que conserven su poder germinativo por más tiempo.
2. Cuida la estructura y la integridad del almácigo
Para que la siembra ocurra de la manera adecuada, es necesario crear el almácigo en un local alto con una pendiente suave compuesto por tierra colorada. Al construir los canteros, es esencial asegurar un ancho entre 0,8 a 1,2 metros y una disposición perpendicular a la pendiente manteniendo una altura de 15 sobre el nivel del suelo.
La preparación del suelo incluye:
- arar el terreno o puntearlo unos 20 cm de profundidad utilizando una pala;
- esperar un determinado período de tiempo hasta que la materia orgánica se descomponga;
- deshacer los terrones;
- agregar estiércol para optimizar la fertilidad del suelo;
- desinfectar el suelo para evitar la incidencia de plagas y enfermedades ya sea utilizando 10 litros de agua caliente —más de 80°C— por m² o utilizando compuestos químicos.
En efecto, la siembra ocurre entre los meses de marzo a mayo distribuyendo entre 250 y 500 gramos de semilla por m². Luego de esparcirlas, se las cubre con una fina capa de tierra. Por último, se agrega una capa de acículas de pino o de palitos de yerba descompuestos para garantizar el nivel de humedad correcto para su crecimiento.
Como es una planta que demanda mucha humedad, es esencial regarla abundantemente para que las semillas contacten con el suelo. Además, para asegurar la suficiente humedad del almácigo, es necesario cubrirlo con un túnel de polietileno.
En cuanto al control de enfermedades, es recomendable inspeccionar a diario el almácigo con la finalidad de verificar tanto el estado sanitario como el nivel de humedad del suelo. El tiempo de germinación puede abarcar entre 100 días y 1 año. A lo largo de este periodo, es fundamental evitar las enfermedades causadas por hongos como el mal de los almácigos o “damping off” ocasionado por un complejo de agentes. Para prevenirla, es indicado pulverizar con diferentes fungicidas a cada 10 o 15 días.
3. Utiliza viveros
El sistema de vivero es puesto en marcha al trasplantar las plantitas del almácigo a tubotes o macetas. De hecho, el principal objetivo de los viveros es aportar las condiciones de hábitat necesarias para que los plantines mantengan su calidad y así, puedan continuar creciendo y desarrollándose de manera efectiva. Consta de 3 etapas:
- Invernadero: Local con ambiente controlado ofreciendo al plantón, las condiciones óptimas para su desarrollo y crecimiento.
- Rustificación o media sombra: Se implementa la adaptación gradual de la planta a las condiciones naturales, ya que no se efectúa un rígido control del ambiente. En esta fase, se exponen los plantines a una media sombra de 50% y se mantiene el riego programado.
- Rustificación al aire libre: No cuenta con riego programado, por este motivo, el aporte hídrico depende de la necesidad de la planta. Asimismo, las plantas están al aire libre —no hay túneles de agrotileno— y se colocan túneles de media sombra de 35% únicamente por las noches en invierno o durante el día en verano —para proteger de la insolación.
4. Escoge y prepara el sitio de plantación
El cultivo de yerba mate requiere la adopción de suelos preferentemente vírgenes o con un largo período de descanso anterior a la plantación. Cuando es necesario plantar en terrenos con cultivos previos o lotes degradados, es necesario recuperarlo por medio de la implantación de pasturas como el paso elefante, plantas que optimizan la estructura del suelo gracias al elevado aporte de material orgánico.
De hecho, la selección del local abarca su apreciación visual, recorrido por el terreno, inspección minuciosa y detenida del estado del suelo, verificación de los tipos de vegetación y de las piedras presentes en el sitio. Asimismo, es recomendable realizar el muestreo del suelo para apreciar y analizar su fertilidad.
En lo que concierne a la preparación del suelo para recibir a los plantines, es indicado prepararlo con 2 o 3 rastreadas y 1 arada. Al finalizarlo, se divide el espacio en cuadros con pendientes y se los marca de manera mecanizada por medio de la utilización de un subsolador.
Vale la pena señalar que, en el caso de que no se usen los suelos aptos para la plantación de yerba mate, es recomendable cultivar especies anualmente con el afán de protegerlos de las lluvias y de la acción del sol.
Después de ejecutar las acciones relacionadas con la preparación del suelo, llega el momento de evaluar el manejo que se realizará al cultivo:
- Tradicional: Recomendado para las explotaciones familiares que utilizan maquinarias y equipos convencionales.
- Sistematizado moderno: Demanda el uso de maquinaria especial, fertilizantes y uso de una mayor cantidad de insumos.
En lo que se refiere al éxito de la implantación, en las medianas y grandes superficies, investigaciones han indicado que un subsolado a mayores profundidades —0,8 centímetros— aumenta la probabilidad de crecimiento de las plantas. En el caso de no ser posible utilizar arado de una reja o subsolador, los pozos hechos con pala deben tener una profundidad entre 30-40 centímetros y un diámetro de 40 centímetros.
El período de implantación varía de acuerdo con el estado del plantín. De esta manera, cuando están en macetas, es posible implantarlos entre el 15 de abril y el 15 de septiembre. En el caso de los plantines con raíces desnudas, el período comprende los meses de junio y julio.
El proceso manual es bastante simple, se coloca el plantín en el centro del pozo o de la línea subsolada, se le acerca la tierra con la ayuda de una azada y posteriormente, se compacta la misma con el pié. De hecho, la plantación también puede ser llevada a cabo de forma mecanizada gracias a la implementación de modificaciones en una plantadora de pino.
Al utilizar esta última metodología, es necesario hacer 2 reposiciones luego de completar un año de plantación obteniendo así, menos de un 0,7% de fallas. Estas reposiciones deben ser realizadas hasta cumplir 3 años de plantado.
Luego de efectuar la plantación, es necesario colocar una protección al plantín fabricada con debobinado de eucaliptos, paja o costaneros de pino. Esta protección es comúnmente conocida como “poncho”.
5. Realiza la poda de formación
Básicamente, las plantas de yerba mate pueden ser podadas desde su primer año de vida, inclusive, bajando la altura de corte hasta alcanzar 5 centímetros del suelo. En este sentido, la mejor época para realizar este trabajo es el período comprendido entre agosto e inicio de septiembre.
El objetivo de este tipo de formación es alterar el formato de las plantas, preparándolas, de esta manera, para las próximas cosechas. En definitiva, la poda de formación orienta el crecimiento de la planta fomentando el brote de los tallos múltiples y vigorosos. Esto permite desarrollar una amplia copa y así, alcanzar un excelente nivel de brotaciones a alturas que posibiliten la realización de la cosecha manual.
6. Controla las malezas en la plantación
Después de cumplir 3 años de la implantación, uno de los principales problemas que afectan a los cultivos es la competencia de malezas.
En efecto, para combatirlas en el liño, es necesario carpir manualmente o efectuar aplicaciones dirigidas de herbicidas. Para que el proceso de aplicación de químicos no ocasione problemas de fitotoxicidad, lo ideal es que sea realizado con máximo cuidado.
Sin embargo, el control de malezas en el entreliño o en la calle deben ser realizados recurriendo a las medidas mecánicas con desmalezadoras o usando alternativas químicas como herbicidas.
7. Efectúa un adecuado control de plagas
El aumento de la producción de yerba mate ha fomentado el crecimiento poblacional de las plagas. En esencia, las plagas más importantes de los cultivos de yerba mate argentinos son:
Psílido de la yerba mate o “rulo”
Esta es la plaga más recurrente en los yerbales nacionales. El Gyropsylla spegazziniana es un insecto cuyos huevos eclosionan en seis u ocho días generando larvas amarillentas y con tubérculos laterales. En el momento de la postura de los huevos, la hembra adulta inyecta la secreción producida por una glándula venenosa en el nervio central de las hojas formando así, un verdadero rulo.
Específico de la yerba mate, el insecto produce daños más severos entre la primavera, la etapa final del verano y al inicio del otoño. Por este motivo, resaltamos que existe una relación directa entre el inicio de la brotación y la incidencia de psílido. De ahí que el insecto sea considerado como la “plaga de la brotación”.
Para controlarlo, la mejor alternativa es aplicar plaguicidas en primavera, verano y otoño, cuando sea detectada una población de más de 120 individuos a cada 20 brotes o golpes siguiendo una caza libre. En este sentido, las sustancias más usadas para enfrentarlos son el Metildemetón, Dimetoato y el Endosulfán diluidos en agua —100 o 150 ml de plaguicida a cada 100 L de agua.
Tigre de la yerba mate o Taladro grande
Esta plaga suele aparecer en los cultivos en decadencia, principalmente en el momento de la cosecha o cuando las plantas han sufrido muchas heridas en virtud de las labranzas. Las hembras efectúan la ovoposición en orificios en la corteza del cuello de la planta, así como en sus raíces desnudas y en sus ramas.
Ya en el primer estadio, las larvas ingresan en el tronco y empiezan a comer el leño verde y fresco, hecho que ocasiona daños al cultivo por 9 meses, aproximadamente. Por lo general, las plantas agredidas por el taladro, suelen sufrir ataques de hongos que, como consecuencia, ocasionan la descomposición de la madera.
La mejor forma de detectar la presencia de la plaga, es verificando si hay presencia de aserrín al pié del árbol, una vez que es el residuo ocasionado por el ataque del tigre en el interior de las ramas. Ya en plantas jóvenes, la incidencia del taladro puede ser detectada al observar una copa amarillenta.
La ocurrencia del taladro ocasiona pérdidas de producción, ya que deteriora las plantas adultas y mata las plantas jóvenes. Como la plaga se encuentra en el interior del vegetal, no puede ser combatida con insecticidas debiendo, por este motivo, ser enfrentada adoptando el manejo integrado de plagas.
Sin embargo, es posible controlar su incidencia priorizando la conservación de la salud de las plantas, evitando las heridas en los troncos y en las ramas, así como la erosión del suelo.
Oruga rabuda o Marandová de la yerba mate
La plaga Perigonia lusca suele aparecer con más frecuencia en los yerbales con poca ventilación y elevada densidad como respuesta a la adopción de plaguicidas y fertilizantes —principalmente, los nitrogenados. Por lo general, los principales ataques de la oruga rabuda —en virtud de un cuerno en la parte posterior— ocurren en primavera y en verano.
La hembra pone huevos de manera aislada sobre los brotes terminales que, al desarrollarse, generan larvas alimentadas únicamente por las hojas de la planta. Esto ocurre de forma muy rápida necesitando apenas de 2 a 3 larvas para exterminar una planta de yerba mate. Incluso, cuando sufre un ataque intenso, es posible observar tallos desnudos.
La observación de la plaga es compleja, una vez que las larvas tienen colores similares a las hojas, por lo tanto, el daño es perceptible únicamente cuando las ramas quedan al descubierto. Además, su presencia puede ser detectada al observar excrementos similares a los frutos al pié de la planta.
La plaga puede ser combatida con entomopatógenos naturales en una dosis de 200-250 gramos a cada 100 litros de agua. Para obtener buenos resultados, lo ideal es esperar que la larva alcance 2 centímetros de longitud.
Ácaros
En virtud de su pequeño tamaño, los ácaros son muy difíciles de observar a simple vista. Por lo general, estos arácnidos atacan en la fase de brotación, principalmente en los días frescos. El principal indicio de la presencia de la plaga es la verificación de brotes defoliados —aspecto similar a un brote quemado. En esencia, la lluvia, el viento, el hombre y los pájaros fomentan la diseminación del ácaro dentro de la planta.
En lo que se refiere al control, cuando se detecta la presencia de más de 12 ácaros por cm2 de hoja, es hora de iniciar la aplicación de 100-150 ml de quinometoato o dicofol diluidos en 100 litros de agua.
Manejo Integrado de Plagas
Cuando hablamos sobre control de plagas, es imprescindible considerar la adopción del manejo integrado como alternativa más eficiente. Esta técnica combina medidas de manejo y agroquímicos, por lo tanto, planificar y desarrollar estrategias combinadas requiere un mayor grado de conocimiento y dedicación. En este sentido, se recomienda la implementación de las siguientes prácticas combinadas:
- Cosechar semillas saludables;
- cuidar las condiciones sanitarias del vivero asegurando que sea creado en un lugar alto y bajo las circunstancias adecuadas de luminosidad, humedad y temperatura;
- invertir en la prevención aplicando abonos orgánicos, protegiendo la integridad de los microorganismos típicos del suelo, usando las cubiertas verdes;
- implementar otros cultivos en conjunto con el de yerba mate, sin embargo, no deben competir, ya que la mayor parte de los predadores de las plagas utilizan a los cultivos acompañantes;
- disminuir la utilización de agrotóxicos, adoptándolos de manera criteriosa y consciente —bajos niveles de toxicidad y residualidad—;
- usar métodos de control alternativos como feromonas, atrayentes, esterilizantes, uso de trampas y juntado manual de los individuos adultos del taladro;
- no utilizar el fuego, pues destruye la materia orgánica presente en el suelo y afecta el esqueleto del vegetal;
- estar atento a los últimos descubrimientos acerca del tema e implementar las nuevas técnicas;
- evitar la compactación y la erosión del suelo;
- monitorear el cultivo de forma periódica.
Como puedes ver, es posible realizar un buen control de plagas, no obstante, la calidad de las acciones depende del tipo de plaga presente en la planta, así como de las soluciones adoptadas por el productor.
Utiliza apenas fitosanitarios autorizados por SENASA
La yerba mate es un alimento, por lo tanto, es imprescindible mantener un cuidado permanente con la calidad del cultivo. Muchas veces, la búsqueda por soluciones rápidas ocasiona que los productores acepten integrar a su control de plagas e instancias de fertilizaciones, productos fitosanitarios sin autorización de los órganos reguladores de la actividad.
Bajo este contexto, los daños a la producción ya sea por su toxicidad o por una mala utilización pueden ser irreversibles e incluso, pueden afectar directamente la salud de los consumidores de la bebida más famosa de Argentina, el mate.
Por ello, es fundamental que antes de comprar cualquier producto verifiques su origen y si cuenta con la autorización del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria, SENASA.
¡Esto es todo!
Como puedes ver, el cultivo de yerba mate es esencial para el desarrollo económico del país no solo por activar una buena parte del mercado internacional yerbatero, como también por proporcionar trabajo a muchas familias. Ahora que conoces los principales secretos de la producción de esta planta, atrévete a verificar si tu plantación cuenta con los requisitos necesarios para aportar los mejores resultados tanto en lo que se refiere al rendimiento como en términos de calidad.
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