5 prácticas fundamentales para el cultivo de avena

El cultivo de avena es una de las prácticas más populares dentro del sector agrario. Su uso principal está ligado a la alimentación de ganado gracias a su propiedad de planta forrajera. Además, ostenta de ser uno de los principales cereales con mayor consumo dentro de la población mundial (hecho que se remonta a más de 200 años de historia).

Su integración en la ingesta diaria de alimentos tanto en humanos como en ganado, hace de esta planta de cualidad precoz, una especie de relevante importancia en el mundo.

Dicho esto, es notable destacar que su propio ejercicio de agricultura está configurado por una serie de pasos a fin de obtener lo mejor de su cosecha.

Por ello, te hablaremos a continuación de 5 prácticas fundamentales para un óptimo cultivo de avena.

¡Sigue leyendo!

1. El suelo como factor primordial

Los nutrientes necesarios para un óptimo crecimiento del cultivo de avena, se obtienen del suelo. Asimismo, por ser este un factor determinante, no es descabellado mencionar que el terreno para la siembra de cereales, siempre debe cumplir con excelentes condiciones físicas y químicas.

De esto dependerán los resultados que se esperan sin dejar a un lado otros aspectos como la profundidad a la cual debe sembrarse la semilla y la distancia que debe haber entre sus pares. Acá, son las condiciones climáticas las encargadas de dictar las reglas, siempre afinadas al fundamento de recrear una buena producción de raíces.

No obstante, como en todo cultivo agrícola, el suelo es el encargado de aportar los micronutrientes de cabecera: nitrógeno, potasio y fósforo. De tal modo, solo podrá ser posible determinar cuál será la cantidad acertada de abono según lo adecuado de la superficie y de lo que esta pueda agregar según sus propiedades.

2. Adelantar la siembra del cultivo de avena

Según expertos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), una de las estrategias con más popularidad por su alto equilibrio entre los niveles producción y tiempo, es adelantar la siembra del cultivo de avena a febrero.

Esta práctica es la encargada de sopesar la dificultad que atraviesa este tipo cultivo en los meses que se desarrolla el invierno. En este sentido, la curva de producción será más activa y extensiva hasta la época de primavera. De este modo, garantizaría un forraje temprano y una buena cosecha en granos en su etapa final.

3. Control de hierbas y plagas

La mala hierba y las plagas son como la aparición de enfermedades en los seres humanos. Estos dos agentes son los encargados de la demora e incluso muerte de los principales cultivos de cereales en el planeta.

Su acción es casi inmediata una vez que atacan al cultivo. Absorben los nutrientes que deberían ser aprovechados durante el proceso de agricultura y la mejor fórmula para combatirle es a través de la aplicación de pesticidas agrícolas.

Esto garantizará que: hongos, gusanos, moscas e insectos no interfieran en ninguna de las fases del proceso. Sin embargo, cómo toda enfermedad, mientras esta sea detectada a tiempo será más fácil de erradicarla.

4. Monitoreo de vanguardia

Con el paso del tiempo, el desarrollo de la globalización ha sido capaz de llegar a toda arista posible. En este contexto, las técnicas de gestión agrícola y el poder de la tecnología, se han fusionado con la promesa de obtener los mejores resultados.

Denominada como agricultura de precisión, esta práctica no es más que la encargada de velar por el mejor sistema estratégico en cuanto al lucro, sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.

Este último aspecto en particular es el enfoque más relevante e integral de la también llamada agricultura 4.0, dado sus altos niveles de protección agrícola con competencia en la corrección de suelos.

Todo un sistema de desarrollo con sólidas bases dirigidas hacia la rapidez y optimización de los cultivos.

5. Maquinaria eficiente y especializada

La creciente demanda entorno a la estandarización de los nuevos procesos que envuelven al sector agropecuario, son cada vez más notorios y necesarios. Es aquí donde se define gran parte de lo que la tecnología ha de aportar a esta área en específico.

En este punto, el rendimiento se traduce en términos de producción, calidad y vanguardia. No obstante, la implementación de maquinaría eficaz, especializada y de rama robótica, es una perspectiva interesante dentro del mundo de los cultivos, dado sus resultados positivos.

Este sistema también es conocido como tecnología agropecuaria y aunque parezca mentira, su importancia ha aumentado proporcionalmente al crecimiento de la población mundial. Siendo un término que hace un par de décadas atrás no develaba algún tipo de información, ahora forma parte de las nuevas maneras de ver el mundo agrario y de como este ha evolucionado.

Impacto en el sistema productivo

En Latinoamérica, especialmente en Argentina, el cultivo de avena es quizás el más importante sobre su superficie. Su alta demanda en términos de producción está destinada hacia la alimentación del sector ganadero del país.

El grado de impacto que esto implica en el sistema productivo de la nación, ha de remarcar la relevancia del proceso de laboreo de este cereal. Sin embargo, la fecha de inicio del cultivo, así como también la especie sembrada son las que determinarán las condiciones en la etapa de cosecha.

En definitiva, la concepción y puesta en práctica de estas labores intrínsecas en el proceso de siembra, deben ser llevados a su justa medida, a razón de obtener lo mejor que el proceso pueda dar.

No dar por descartado lo que las nuevas tecnologías pueden aportar en este ámbito, debe ser un punto de partida. Asimismo, entender que la producción también puede ser calculada con argumentos cercanos a las bondades que la globalización ha de representar.

Si tienes alguna duda sobre el tema o necesitas más información relevante sobre la optimización del cultivo de avena, entonces, ¡anímate y déjanos tu opinión en la casilla de comentarios!