5 tips claves para la optimización de la cosecha gruesa
La tecnología es sinónimo de avance y, desde que en Argentina – como en otras partes del mundo – se incorporó maquinaria especializada en la cosecha gruesa, los procesos han evolucionado.
Sin embargo, también hay un porcentaje de pérdidas que tiene que ver con la falta de rectificación de las cosechadoras, entre otros factores que ya vamos a mencionar. De alguna manera, en toda producción hay pérdidas, pero lo ideal es poder minimizarlas.
Y cuando se habla de la optimización de la cosecha gruesa, se trata de buscar la manera ideal para que los procesos generen menos errores. Es por ello que en este post te daremos 5 tips claves para lograrlo
El ejemplo de la soja
La cosecha mecánica ha permitido que los procesos avancen, pero en el caso de la soja, cuando la barra de corte de la cosechadora toca el cultivo, no es eficiente el proceso y se producen pérdidas.
Y es que la calidad del corte es afectada por la velocidad de la cosechadora. Y cuando esto sucede, el recorrido de la planta es mucho más extenso.
Esto aumenta el desgrane de la planta, y las pérdidas por cabezal llegan a ser de hasta un 70%, es decir, una cifra alarmante si tomamos en cuenta la inversión, horas de trabajo y más.
Adicional, hay otros factores a tener en cuenta como saber que mientras menos humedad tenga el cultivo al momento de ser cosechado, más posibilidad existe en que durante el proceso de desgrane se pierda el producto.
Tomando como ejemplo lo que sucede con la soja, ¿qué consejos se pueden poner en marcha para evitar pérdidas durante la cosecha gruesa? ¡Lo veremos en la siguiente sección!
5 tips imperdibles para la optimización de la cosecha gruesa
A continuación te enumeramos los 5 tips claves para la optimización en este proceso que además de la soja involucra al maíz y el girasol.
1. Rectificar la maquinaria
Es importante realizar la rectificación de todos los elementos y maquinarias que entran en contacto con la cosecha. Esto puede hacerse en el tiempo que hay entre la campaña de cosecha fina y el arranque de la cosecha gruesa.
La idea es organizar las tareas y planificar un chequeo de cada equipo y su interior, de manera que la revisión cubra el trayecto que la cosecha realiza cuando va entrando en las máquinas.
También se debe incluir la rectificación de los equipos de trilla, y los elementos que mueven el grano: tornillos sinfín y tubos de descarga.
2. Observar la forma del lote
Además de los anteriores, también están los sistemas de descarga de la tolva. Y se recomienda que antes de iniciar el trabajo en los lotes, se observe la forma que estos tengan (en cuanto a ancho y longitud), la capacidad de medición del equipo por el ancho del cabezal, número de equipos y cantidad de apoyos como acoplados tolva y tractores.
Esto con el fin de que se planifique que el sector de descarga esté sincronizado con los modelos de llenado de la cosechadora, y así evitar que los equipos de apoyo a lo largo del lote, circulen de forma innecesaria.
Además, esta práctica ayuda a conservar las características del suelo – en cuanto a su estructura – y minimiza otro tipo de pérdidas en la cosecha.
3. Realizar la limpieza oportuna
Limpiar la cosechadora de forma oportuna, evita la contaminación por maleza. Teniendo en cuenta que existen muchas que son resistentes a herbicidas, saldría muy costoso un control químico para curar el lote contaminado. Esto es prevención, y es mejor atender el proceso de limpieza para evitar consecuencias que pueden ser devastadoras.
Los expertos aconsejan que la limpieza se inicie realizando un soplado desde las barras de corte hasta el sistema de distribución de residuos, de esta forma se logra el mantenimiento profundo del interior de los órganos de la cosechadora.
El paso siguiente es desmenuzar un fardo de heno y por medio del embragado del sistema de trilla y separación, hacer que la máquina se lo trague. Esto arrastrará todos los residuos que aún puedan estar dentro.
Y finalmente, realizar un último soplado para así terminar con la limpieza de la cosechadora. Por mucho, esto puede hacer la diferencia entre una gran pérdida a estar tranquilos y obtener mejores ganancias.
4. Ajustar el cilindro y el cóncavo
La velocidad con la cual va el cilindro, afecta los granos. Si esta velocidad es superior, se perderá parte de la producción. Por eso es importante establecer una velocidad mínima que permita su resguardo.
De igual manera se debe configurar el cóncavo, éste debe estar adaptado a la altura del grano de la cosecha gruesa, para evitar que se rompa. De esta manera también se disminuye la pérdida del producto en el proceso.
De igual forma es necesario que se ajuste la velocidad del ventilador de las cosechadoras. Si este trabaja a una velocidad elevada, los granos pueden salir volando y gran parte se acabará perdiendo. Y si no tiene la potencia suficiente, no tendrá la capacidad de hacer la distribución de manera efectiva. Así que se debe conseguir el equilibrio.
5. Proyectar pérdidas
Evaluar las posibles pérdidas y aplicar una metodología de trabajo que te permita tener una proyección de lo que podría pasar, es fundamental para avanzar en la cosecha gruesa.
Y en este punto es necesaria la participación de los operarios de las maquinarias, a fin de que participen en la modificación del cabezal – por ejemplo – que conversamos al inicio en el caso de la soja, así como lo referente al sistema de trilla, velocidad de avance entre otros.
Estableciendo las pautas, se verán los resultados. No hay que desestimar todo lo que permite organizar y planificar, esto es positivo para cualquier proceso de producción, y en la industria agropecuaria no se puede dejar nada por sentado.
Si te gustó este tema, y quieres aprender sobre la realidad de la industria en el país, te invitamos a leer el siguiente artículo: Los 10 principales cultivos en Argentina de acuerdo al nivel de exportación