Agricultura ecológica

¿En qué consiste la agricultura ecológica?

La agricultura ecológica es un método de producción que se basa en la optimización del uso de los recursos naturales (agua, suelo, ciclos productivos), evitando la degradación del medio ambiente y la utilización de defensivos agrícolas.

Según Greenpeace 

“La agricultura ecológica nace del respeto a las dinámicas naturales de los ecosistemas y de la preservación del equilibrio biológico.”

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) propuso, en el año 2015, los objetivos 2030 para el desarrollo sostenible (ODS). El ODS número 12 hace referencia al consumo y la producción responsable y la agricultura ecológica va en ese sentido para lograr una producción sustentable, de alto valor biológico y sin dañar a la naturaleza.

¿Quieres saber por qué elegir la agricultura ecológica? ¿Cuáles son sus ventajas? A continuación, te lo explicaremos.

¡Lee hasta el final!

Agricultura ecológica: hacer más con menos

Hacer agricultura respetando el medio ambiente es una práctica muy diferente de los métodos tradicionales que conlleva las siguientes ventajas:

  • Producción con desequilibrios ambientales mínimos, ya que se respetan los ciclos biológicos y las características de la zona donde se aplica.
  • Propicia el desarrollo sustentable de los agronegocios.
  • Fomenta la transición hacia economías verdes con menor impacto ambiental.
  • Requiere menos inversiones en insumos para lograr productos de más calidad con el valor agregado de la impronta ecológica.
  • Ayuda a la reducción de gases que contribuyen al calentamiento global, ya que fijan una porción importante de nitrógeno al suelo.
  • Evita que los trabajadores rurales se expongan al uso de agroquímicos perjudiciales para la salud.
  • No utiliza variedades transgénicas ni elementos químicos.
  • Cuida el medio ambiente a través de prácticas agrícolas saludables.

Beneficios de la agricultura ecológica

El proceso de cambio de una producción agrícola convencional a una ecológica es una decisión que definirá tu agronegocio.

Es importante que sepas que te tomará entre 2 y 3 años la transformación completa, pero luego, comenzarás a obtener los siguientes beneficios:

Suelos más fértiles a largo plazo

Con la agricultura ecológica recuperas la fertilidad del suelo a largo plazo gracias al uso de abono orgánico y de prácticas adecuadas (barreras vivas, rotación de cultivos, uso del compost, mantillo de protección, incorporación de leguminosas, etc.).

Otro de los factores que ayuda al aumento de la fertilidad es el trabajo biológico del suelo que realizan los microorganismos, las lombrices y los animales. Su presencia y reproducción se ve favorecida por la presencia del mantillo.

Además, detienes la erosión hídrica y la voladura de suelos con la adopción de cultivos de cobertura y de raíces profundas. Estos problemas, junto con el monocultivo, son las causas principales del deterioro ambiental en las zonas de producción agrícola.

 Cultivos más saludables

Con una producción más ecológica mejoras el estado fitosanitario de las plantas al aplicar la selección de especies resistentes naturalmente a las plagas y la utilización de sistemas mecánicos para el cultivo.

Es fundamental para tener plantas más saludables cultivar con rotación de cultivos, una técnica que combina los ciclos de especies y familias diferentes para que se beneficien mutuamente y evitar que el suelo se degrade.

 Recursos cuidados

El sistemate permite cuidar dos recursos naturales clave: el suelo y el agua. Con la agricultura ecológica evitas su contaminación al no utilizar más productos defensivos agrícolas que se infiltran y causan daños directos al suelo y al agua.

También, al desarrollarse un sistema de cultivos en sintonía con las características geográficas de la zona (temperaturas, lluvias, vientos, orientación, etc.) y con especies adaptadas al clima, se reduce el uso del riego y se racionaliza el consumo de agua.

 Control de plagas natural

Al preservar el medio ambiente, las especies animales de la zona pueden convivir con los cultivos y los depredadores vuelven a controlar las plagas de manera natural. Este restablecimiento del equilibrio ecológico hace que todo el sistema tenga una mayor eficiencia productiva.

Para el control natural de plagas se usan insectos, plantas, aves y animales, como también técnicas manuales de eliminación de especies invasoras (trampas, mallas metálicas, etc.)

Las técnicas más usadas son la siembra asociada (ejemplo melones/rábanos, tomate/albahaca, puerros/zanahorias), o el cultivo de especies aromáticas (menta, orégano, etc.)

Ecosistemas biodiversos

Según la Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la Agricultura (FAO) las buenas prácticas agrícolas contribuyen a la restauración de ecosistemas y a la recuperación de la biodiversidad.

Esto significa que en la agricultura ecológica es capaz de generar un ecosistema sostenible, en donde todas las especies convivan sin afectar el medio ambiente y donde variedad genética es clave para tener especies e individuos saludables y resistentes, y estos, a su vez, conformar ecosistemas estables, potencialmente mucho más ricos y productivos.

El equilibrio entre la producción agropecuaria y la gestión de la biodiversidad es la base para asegurar la sostenibilidad de la actividad a futuro.

Producción de alimentos más sanos

La agricultura ecológica basa su producción en suelos sanos, fertilizantes orgánicos, polinizadores naturales y agua limpia, por lo que el resultado final es la producción de alimentos naturales y con un nivel nutricional óptimo.

Agricultura ecológica: una vuelta a lo natural

La necesidad de cuidar el medio ambiente y de responder a un público consumidor ecológicamente responsable son dos de las causas por las que la agricultura ecológica se expande en todo el mundo.

Por otro lado, la actividad es capaz de revitalizar entornos rurales y de abastecer mercados locales apoyando el desarrollo de economías regionales, por lo que su impacto social es relevante.

Volver a la naturaleza a través de la agricultura ecológica es un camino sostenible que asegura una producción de alimentos diversa, de alta calidad nutricional y muy valiosa, desde el punto de vista económico y comunitario.

Sin dudas, conjugar economía y ecología es un tema controvertido que tiene sus adeptos y detractores, pero es bueno saber que es posible de realizar con prácticas como las que te acabamos de describir.

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